
Toma un segundo de tu tiempo y observa tu espacio cotidiano. Tu cuarto, sala, baño, armario, la mesita de noche, tu área de trabajo. Así tal cual está tu mente y tus pensamientos. Lo que ves fuera es lo que hay dentro.
La buena noticia es que también ocurre a la inversa. Podemos enviarle información a nuestra mente a partir de imágenes externas y ella nos la devolverá en forma de “el acto voluntario de ordenar” y así sucesivamente hasta transformarse en un beneficioso hábito que proyectará orden y disciplina a nuestra mente.
Una mente tranquila nos permitirá meditar, canalizar nuevas ideas, resolver bloqueos, descansar.
Ordena de manera consciente e imagina que así estás ordenando tu vida !!